Nueva York. Nueva Yo
Febrero fue gris. Negro. Lleno de Tormentas. Atormentando mi mente. Dormía de día. Sonámbula sin energía. La noche siguiente. El mal tiempo persistía. Se repetía el tornado existencial. Otra vez lluvia sin final. Ojos cansados de tanto llorar. Extrañaban el brillo. El amarillo de mi bailar. La melodía de mis días. Las risas saliendo de mi hogar. De los extraños. Al verme disfrutar. Prenderme ante la luz del sol. En un instante inesperado. Salió el celeste. Volvió. La música de la alegría. El rayito emocionado. Listo para viajar. Disfrutar. Nueva York. Nueva Yo. Turisteando las calles de mi euforia. Sin expectativas. Saltando. Viviendo esta. Otras vidas. Otra ronda. De Negronis. De Negron. El hombre alcohol. Puro. Ligero. Fluido. Coctel afrutado. Acariciando mis pensamientos. Equilibrando mis anhelos. Borracha de amor. Bebiendo humor. Carcajeadas en las roca. Efecto refrescante. Irresistible. Imprevisto. El trago ideal. Aperitivo que logro abrir mi apetito. Mis ganas de probar. Lo agridulce de su bar.